Una balsa y una guadua es lo único que tiene para no dejarse llevar por la corriente del Río “La Vieja” que baña a Quimbaya y gran parte de Cartago. La fuerza que ejerce La Vieja pone a prueba no sólo su fortaleza física sino también mental, ya que para conducir una balsa hecha de guadua y cabuya, se necesita de mucha concentración y sobre todo memoria para saber en qué lugar exacto están ubicadas las grandes rocas que a veces ni se notán por la creciente del río.
Los remolinos que se crean en el gran cauce son otra de las características que tiene “La Vieja” y a la que “Gorrioncillo”, como le dicen sus compañeros de trabajo, tiene que afrontar cada fin de semana, para poder ganarse 30 mil pesos por cada recorrido a los turistas amantes de la naturaleza.