Desde 1930 Ferdinand Porsche empezó a idealizar la creación de un coche pequeño y barato, pero su sueño fue interrumpido al perderse la creencia de que el motor radial de cinco cilindros refrigerado por agua funcionaria. Después de dos años, y ya, pensando que ese era su fin, Porshe se encuentra con el cliente que lo llevó a cumplir su ideal, Adolf Hitler. Ya para estos años, el führer no sólo estaba planeando extender el nazismo por toda Europa sino revolucionar el mundo del automóvil presentando "volksauto" (coche del pueblo) que dejó más huellas en la historia de la II Guerra Mundial.